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25 de dezembro de 2013

La Liga de La Justicia


Hasta mis 26, 27 años yo era una fan de los dibujos animados. De niña yo estudiaba en el horario de la mañana y a veces inventaba un dolorcito solo para quedarme en casa y ver mi programa de Tv favorito: TV Colosso y algunos años después TV Globinho (no sé por qué los programas infantiles pasan justo a la hora que los niños, por lo menos la gran mayoría, están en la escuela. ¿Cómo íbamos  asistir?). Soy fan de series también y en esa época la que más me gustaba era Power Ranger, yo quería ser la Ranger rosa, fue la única vez en mi vida que me gustó el color rosado, pero era por el personaje no por el color en sí. 

Un dibujo que me gustó mucho era lo de la Liga de la Justicia, me gustaba porque reunía los súper héroes más importantes en un solo dibujo, ¡estupendo! Ellos eran increíbles y nada les era imposible. Había los héroes que nacieron con sus poderes como el Súper Man y había los que se esforzaron para desarrollar habilidades y fuerza como el Batman. Ya al final del dibujo esa era la duda de Batman en seguir en la Liga, él sabía que no era inmortal y que estaba envejeciendo, sabía que su fuerza y habilidad se disminuían con el pasar de los años. Por eso él salió e empezó a entrenar a Robín. 

Me gustan las cosas que tienen secuencia, que tengo que ver el inicio y el medio para comprender el final, de ahí viene mi gusto por las series. Pero bueno, no sé si era por los dibujos que asistía que siempre quise desarrollar en mi un instinto de justicia. Hasta porque esa es la gran cualidad de un súper héroe, ser siempre justo. Y cómo era difícil a veces, porque tenía que elegir entre la bonita chica de la trama, que generalmente es su pasión escondida, y la vida de otra persona, y él tenía que juzgar quien era más justo para sobrevivir.

Basándome en eso hace algunos años pido a Dios en oración que me enseñe lo que es tener hambre y sed de justicia, ya que Mateo 5:6 dice: Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados. Yo no sé tú, pero tengo muchas ganas de recibir todas las promesas de Dios para sus hijos, y como dice la Biblia que los hambrientos por justicia serán saciados no quiero quedarme atrás, empecé a pedir porque quien no pide no recibe - No tienen, porque no piden (Santiago 4:2c).

Las Escrituras nos enseñan todo y dicen también que lo pide, recibe: »Así que yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. (Lucas 11:9-10 NVI). Dios nos ama y se pedimos con las intenciones y motivos correctos, Él sin duda nos dará todo lo que pedimos en oración. Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones (Santiago 4:2-3 NVI) / Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración. (Mateo 21:22 NVI)

Antes de todo vamos a ver en un diccionario cómo se define justicia: Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece. (Diccionario de la RAE)

Bacán, vamos a ver entonces la etimología (origen) de la palabra: La palabra justicia, viene del latín iustitia de ius (derecho). (http://etimologias.dechile.net/?justicia)

Perfecto, ya comprendimos el significado de esta palabra tan impactante. Ahora quiero llevarte a comprender por qué es importante saber lo que es justicia y por qué Dios dice que es una cualidad que debemos cultivar en nuestro carácter.

Justicia está 100% relacionado con derechos, el origen de la palabra nos dice eso. Entonces quiere decir que buscar justicia es buscar mis derechos y que injusticia es tener mis derechos violados. Todos ya sufrimos algún tipo de injusticia o nos sentimos agraviados la mayoría de las veces. Cuando somos robados, cuando no recibimos mérito por nuestros esfuerzos, cuando somos engañados y por varios otros motivos. Lo que necesitamos es parar y analizar que lo que puede ser justo para mí, puede no ser para ti. ¿Y por qué eso pasa? Porque nuestro concepto de justicia fue dañado por causa del pecado. Y para comprender todo tenemos que ver el inicio y el medio de la historia para dar a ella su justo fin, ¿verdad? Como cristianos creemos que Dios es el inicio y el fin de todo, en Él están todas las respuestas y si tú no crees en eso, ese post no hará ningún sentido para ti.

Observa: Adán y Eva fueron creados por Dios, ellos tenían TODO lo que era necesario para vivir, absolutamente TODO. Ellos vivían en el paraíso, tenían la mejor alimentación, la mejor compañía (el propio Dios), el mejor ambiente (sin polución, sin ruidos indeseados), ellos tenían el Árbol  de la Vida, lo que les daba la fuente de su juventud y de su salud, ellos tenían paz, no conocían lo que era dolor, ni muerte, ni nada de eso que consideramos difícil. ¡Ellos disfrutaban de lo mejor! Pero vino Satanás con su tentación: La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que le preguntó a la mujer: — ¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín? —Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán.” Pero la serpiente le dijo a la mujer: — ¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal. (Génesis 3:1-5).

Dios creó lo mejor y le dio al hombre para que él lo cuidara, pero el ser humano pensó que eso era insuficiente y decidió que ellos tenían el derecho de ser iguales a Dios, conocedores del bien y del mal. Ellos ya conocían lo bueno, pues disfrutaban de ello, pero tuvieron curiosidad de conocer lo malo. ¿Crees que Dios al prohibirlos de comer ese fruto les estaba excluyendo de todo el conocimiento? ¡NO, ABSOLUTAMENTE NO! El deseo de Dios era proteger la corona de Su creación de lo que le destruiría, el mal. ¿Si eres padre o madre, no das todos tus esfuerzos para que tus hijos no conozcan las cosas malas del mundo? ¿Tu deseo no es protegerlos de las drogas, de los vicios, de enfermedades, de malas compañías, de que él no sea un ladrón o una prostituta? ¿Y para que eso pase, no impones reglas y límites a tus hijos? ¡Igual Dios! Su amor es tan grande que su única intención siempre fue de protegernos. Con esa mala elección del hombre el pecado entró en su corazón y destruyó todo de bueno que él tenía, el privilegio de vivir en la presencia de Dios, de vivir en el paraíso, de comer de lo mejor, del Árbol de la Vida, de la vida Eterna. La primera pareja conoció lo que deseó, ¡el mal! Sin ese contacto directo con el Creador el hombre fue perdiendo la razón por la cual fue creado y se fue alejando JUSTAMENTE de TODO lo que Dios había planeado para la humanidad. El pecado confunde en nosotros lo que verdaderamente es justo. Solamente Dios, el Creador de todo, sabe la verdadera función de las cosas creadas y solamente Él sabe el fin ideal para cada una de ellas. Solo Él sabe lo que es justicia.

           Cuando una persona crea algo ella tiene el derecho sobre lo que creó. Ella creó con un propósito específico y no acepta que alguien venga y use su creación para otro objetivo diferente del original. Espero llevarte a la raíz. Dios sabe el motivo por lo cual nos hizo y sabe porque desde el inicio puso límites. Mientras más leo las Escrituras, más me doy cuenta que esos límites son para nuestra protección y en el inicio de la humanidad ya podemos ver eso.
          ¿Dónde quiero llegar? Muchas veces tenemos esa sed y esa hambre de justicia que Dios desea en nosotros, pero como no comprendemos o no conocemos lo que es justo atropellamos todas las cosas. Cuando nos sentimos agraviados el primer sentimiento que nos invade es la ira, la tristeza, el descontentamiento. Y ya sabemos que reaccionar por nuestras emociones siempre nos hace arrepentirnos después. Aprende de una vez: “Pues la ira del hombre no obra la justicia de Dios.” (Santiago 1-.20). ¿De quién es la justicia? ¡Lee el versículo otra vez! ¡LA JUSTICIA ES DE DIOS! No es mía ni tuya, eso quiere decir que quien cuida de nuestros derechos es Dios y no nosotros. Las Escrituras dicen en Romanos 3:10-12: Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios; todos se han desviado, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Lee también:
Salmo 14: 1-3 / Salmo 53:1-3 - Dice el necio en su corazón: «No hay Dios.» Están corrompidos, sus obras son detestables;  ¡no hay uno solo que haga lo bueno! Desde el cielo el Señor contempla a los mortales, para ver si hay alguien que sea sensato y busque a Dios. Pero todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!
Eclesiastés 7:20 - No hay en la tierra nadie tan justo que haga el bien y nunca peque.
Isaías 64:6 - Todos somos como gente impura;  todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas: nuestras iniquidades nos arrastran como el viento.

Si no hay ningún justo Julie, ¿cómo puedo tener hambre y sed de justicia? ¡Fácil! Ten hambre y sed de hacer la voluntad de Dios, porque ella es buena, agradable y perfecta. ¿Y cómo saber la voluntad de Dios? No, no necesitas hacer ningún ritual, solo tienes que LEER LA BIBLIA. En ella están descritos todas las hechuras de Dios y todo lo que Él quiso revelarnos y enseñarnos para vivir una vida digna y justa. Deja de buscar tus derechos en el lugar equivocado. Tus derechos están en Dios y si quieres disfrutar de ellos aprende primero cuales son. Solamente las Escrituras te van a enseñarlos. Romanos 12:1-2 siempre estarán en mis textos porque si no renuevas tu mente en Cristo, no te moldeas al patrón de Cristo, nunc dejarás de pensar como un pecador, nunca dejarás de actuar como un pecador y buscarás lo que crees ser justo para ti de manera errada.

Dios en Su Palabra nos promete que nunca nos dejará, ni nos abandonará (Hebreos 13:5). Si no decides confiar y descansar que Dios cuida de ti, de tus derechos de tener salud, un trabajo, transporte, tener amigos, tener ropa, comida, vacaciones, etc., etc., te volverás loco, ¡literalmente! Cualquier cosa que pasa en nuestra vida, pasa por el tamiz de Dios, una enfermedad, un periodo de dificultad financiera, la muerte de alguien querido, una angustia y todo lo demás. Nuestra posición es obedecer las Escrituras y cumplir nuestra función como creaturas e hijos de Dios, las otras cosas, Él hará y nos dará lo necesario. ¡CONFÍA! Haz lo que a ti te toca. Cuida de tu cuerpo porque él es templo del espíritu Santo y eso te dará tranquilidad de tener una buena salud. Actúa con otros de la misma manera que te gustaría que actuaran contigo y vivirás tranquilo de saber que hiciste lo correcto y de no hay nada de que acusarte. Ama a tu prójimo y perdona a tus enemigos y  Dios usará otras personas para que veas el amor de Él por ti y te perdonará siempre que te arrepientas. Esté seguro que Dios jamás de dejará sin apoyo, Él no puede ir en contra Su naturaleza que es amor, bondad, misericordia y justicia. Confía que todo lo que recibimos a cada día es justo lo que Dios quiso darnos y si alguien actúa con injusticia hacia nosotros, Dios hará justicia por ti, ¡porque la justicia es de Él!

Mateo 5:6 -  Felices los que desean de todo corazón que se cumpla la voluntad de Dios, porque Dios atenderá su deseo (BLP).

¿Quieres ingresar a la Liga de la Justicia? Entra en el equipo de los hijos de Dios, ¡busca y obedece Su palabra!

Y si obedecemos fielmente todos estos mandamientos ante el Señor nuestro Dios, tal como nos lo ha ordenado, entonces seremos justos.” (Deuteronomio 6:25)



Anderson Freire - Colisã

Juliane Ferro

24 de dezembro de 2013

El Genio de la Lámpara

Es graciosa la manera como algunas personas veen a Dios. Hace muchos años leí un artículo en una revista de Escuela Bíblica Dominical que hablaba sobre ese tema. Por esos días mismo, haciendo una consejería pregunté a una joven cómo ella veía a Dios. Ella me contó una larga historia, pero no contestó mi pregunta. La Biblia nos enseña varias características de Dios: amoroso, salvador, justo, paciente, perdonador y por ahí sigue. La verdad es que muchas veces pensamos en Dios con esas características, pero lo buscamos con otras intensiones. Me haré comprender contando una experiencia, a final de cuentas el nombre de este blog es Experiencias Con Dios.

El año era 2010, el mes, febrero. Mi esposo planeó un viaje de vacaciones con algunos amigos para conoceremos tres países de América Latina. El Chile, la Agentina y el Uruguay. Fueron meses planeando, estábamos todos contentos, ansiosos y con espíritu aventurero.

                             
                                             Ese era nuestro grupo, éramos cinco en total.

Este año fue un año diferente para mi esposo y para mí. En el inicio del año ganamos un viaje para conocer las playas brasileñas, pues nuestra ciudad no tiene playas. Durante el viaje recibimos una llamada de Manaus para informarnos que ya no estaríamos en el ministerio de jóvenes (ministerio que estuvimos por seis años seguidos) y sí que iniciaríamos una nueva iglesia en otro bairro de nuestra ciudad. La sorpresa fue enorme, pero aceptamos el desafío. Como ese viaje por la América Latina ya estaba planeado y con los boletos de viaje ya comprados decidimos no cancelarla, mismo con un cambio tan significativo en nuestras vidas. Dios ya tiene todos nuestros días escritos y ese viaje nos reservaba una prueba de fe que cambiaría la vida de todos nosotros. Hoy veo esa experiencia y creo que fuimos privilegiados, pero ni siempre pensé así y es ahí que el titulo de este post empieza a hacer sentido.

Nuestra primera parada fue Santiago del Chile, pasamos ahí unos cinco días, fueron días tranquilos. Santiago es una ciudad encantadora, para ser sincera es una de las ciudades más bonitas que ya conocí. En el último día fuimos a un parque de diversiones. ¡Fue un día estupendo!

                           
De ahí nos dirigimos a una otra ciudad del Chile. Es una ciudad bien pequeña, sin centro comerciales, cinemas, ni nada de eso, pero repleta de belleza natural, yo hasta dije que quería vivir allá. La ciudad se llama Pucón. Un lugar que está al pie de un volcán activo. Volcán este, que escalamos...bueno, casi todos... Yo no logré subir. Como estaba bien gordita, mi físico no soportó el esfuerzo, me sentí muy mal y volví al hotel. Me decepcioné mucho después que los chicos me dijeron que dos niños fueron hasta el topo. ¡Qué vergüenza para mí! 

                         
                         

En ese día de la escalada yo pensé que mi esposo había quedado molesto conmigo porque pagamos por el paseo y por haber desistido no nos devolvieron el dinero. Pero en realidad él dijo que todo lo que pasó le hizo tener varias ideas para sus prédicas. Y para consolarme me invitó a cenar sin el grupo. Fuimos a un restaurante muy simpático y me acuerdo que comemos salmón al ajo y aceite. ¡Riquísimo! En frente al restaurante había una iglesia Bautista bien chica. Decidimos que después de cenar iríamos ver si había alguna programación. Cuando llegamos había solamente un señor ya de edad ahí, entramos y hablamos con él. Él era uno de los fundadores de la iglesia, dijo que ya casi no tenían cultos porque no habían pastores que quisieran quedarse allí ya que el sueldo era muy bajo. Compartimos con él el deseo que teníamos de hacer misiones en países hispanohablantes. Él lloró y nos dijo que aquél lugar necesitaba de personas dispuestas a servir a Dios por amor y no por dinero. Fue un momento especial para él y para nosotros. Oramos juntos. Salimos de ahí con el corazón lleno de esperanzas. Infelizmente este era nuestro último día en Pucón, ya teníamos nuestros boletos para ir a Bariloche al día siguiente. Decidimos orar y hablar con nuestro pastor sobre la idea cuando llegáramos al Brasil, pero lo que pasó en esa madrugada cambió mi corazón y mi visión sobre Dios y sobre mi misma.

En la madrugada del día 27 de febrero a las 3 am hubo un terremoto de 8.9 en la escala Richter. Nosotros estábamos a 300 km del epicentro. ¡Fue terrible! En Brasil no hay terremotos, ni temblores, entonces no teníamos ni idea de como reaccionar o que pensar. Como fue en la madrugada, estábamos durmiendo y despertamos con el movimiento. Nuestra cama iba de un lado a otro con mucha velocidad. Fueron los dos minutos más largos de mi vida, parecieron dos años. Saímos desesperados a la entrada del hotel, la puerta estaba atascada y nadie podía salir. Todos gritaban, los niños lloraban desconsolados, una mujer repetía una y otra vez en voz alta: -¡Yo no quiero morir, yo no quiero morir! Todos estaban nerviosos. Tuvimos que romper el vidrio de la puerta para poder salir. Salimos y la boca del volcán estaba roja y llena de humo. Un hombre salió gritando por las calles: -Todos vamos a morir, ¡el volcán explotará! Solo quien estaba ahí o ya pasó por una situación así sabe como es aterrador. Nos quedamos en la calle (con ropa de dormir) el resto de la madrugada y sin mucha orientación de lo que podíamos hacer. Yo entré en pánico, no podía creer que eso me estaba pasando a mí, ¡una hija de Dios!

    
                                                     Algunas imágenes

Yo pensaba mucho en mi mamá, creía que iba a morir y me gustaría haberle dicho que la amaba y un montón de cosas más. ¿Sabes qué es entrar en pánico? Era así que yo estaba. Yo solo lloraba. Entramos al hotel, juntamos nuestras cosas y fuimos al terminal de autobuses de la ciudad, pues nuestro autobús saldría temprano en la mañana. En ese intervalo de tiempo sentimos várias réplicas del terremoto lo que dejaba todo mucho más tenso. El volcán parecía que entraría en erupción a cualquier instante. Cuando amaneció nos avisaron que ningún autobús saldría en los próximos días pues las carreteras estaban destruídas. ¿Qué, lo que yo más quería era irme de ahí y no había nada que me sacara? Hasta ese momento no teníamos una noción completa de todo porque apesar de todo el estrés en Pucón, no tuvo muertos ni heridos grabes. Lo que sí pasó fue que los supermercados cerraron por el desorden y las tiendas no se abrieron con miedo de saqueamento. Algunas familias abandonarán la ciudad. Pocos restaurantes estaban funcionando porque no había gas ni luz electra. En el Chile el gas es encanado y ellos desconectan todo para que no hayan accidentes. No había internet, ni nada, estábamos en una isla. Cuando el hambre nos venció salimos a buscar un lugar abierto para comer. Encontramos un restaurante, pero la comida se tardaba como dos hora porque estaban cocinando a leña. Ahí esperando hubo otra réplica y unos hombres de la mesa al lado usaron la situación para comentarnos que en Santiago ya había sido registrada más de 700 muertes. ¡Pucha!, recién nos dimos cuenta que nuestras familias estarían en desesperación sin noticias nuestra. Bien, resumiendo, a las 4 pm la empresa de autobús decidió  que saldría un bus pero no a Bariloche, sino a una ciudad cerca de Pucón. No pensamos dos veces y subimos para intentar salir del Chile y llegar a la Agentina. Durante el camino vimos carros capotados, puentes partidas al medio, calles rotas. Yo estaba hecha polvo, decepcionada con Dios. Yo pensaba que Él no había sido justo conmigo por permitir que yo, una sierva fiel, dedicada y enamorada de mi ministerio sufriera con una situación así. Mi cerebro peleaba con mi corazón, mi razón y mis emociones entraron en conflicto. Todo de bueno que yo pensaba a respecto de Dios fue por el caño en cuestión de segundos. ¡Sí, eso me pasó a mí! Y justo cuando habíamos pensado en ir servirle a Él en aquella ciudad. Y yo inmatura, pensé: ¡Qué falta de  consideración Dios!

Unos días antes del viaje (en el feriado de carnaval) participamos del campamento de jóvenes de la iglesia que tenía como tema "VIDA RADICAL" - VIVIR ES CRISTO Y MORIR ES GANANCIA. Hablaba de vivir para Dios sin miedo de ir en contra del mundo. El pastor nos había invitado para dar nuestro testimonio de servir a Dios con intensidad y amor. ¡Di mi testimonio llena de convicción! Al final una joven vino a decirme que me admiraba por mi fe y mi amor a Dios y que desearía lograr lo mismo. Yo sentía que tenía una fe INQUEBRANTABLE. ¡Yo era una tonta!

Viajando en aquel autobús en dirección aquella otra ciudad, todo el campamento volvía a mi memoria, cada prédica, cada decisión. E fue en el medio de todo ese conflicto emocional y espiritual que me di cuenta que ¡yo era una fraude! Quiero dejar registrado que la reacción de mi  esposo fue opuesta a la mía, él veía el amor y el cuidado de Dios en todo, yo solo veía el abandono y la desconsideración. Los otros viajantes del grupo tuvieron reacciones distintas también, cada uno tuvo en su corazón las confrontaciones y certezas que particularmente  cada uno necesitaba. Yo solo puedo hablar por mí.

Me sentía defraudada con Dios, y sentía que mi fe era una fraude. Años y años declarando que el vivir es Cristo y el MORIR es ganancia. En el vivir estaba todo bacán, pero cuando fue probada en el morir, yo fallé con Dios. Lo peor es que mi desesperación era tanta que yo creía el revés, que Él había fallado conmigo. Yo entré en una guerra. De verdad que pensaba que por el hecho de que yo hacia todo correcto no era justo que algo así me pasara y que tuviera que estar en peligro real. Me avergüenza confesar eso, pero creo necesario para enseñar lo que tuvo que cambiar en mí y en mi carácter para comprender que Dios no es el Génio de la Lámpara. Él no está ahí como un ser mágico y místico para realizar todos mis deseos y hacer todo lo que yo quiera. ¡Yo no deseé pasar por esa experiencia!

¿Cuantás veces, sin querer mismo, tratamos a Dios como un amuleto de suerte? Pensamos que porque lo servimos, meditamos en Su Palabra y etc, etc, etc... Tenemos que ser inmunes al sufrimiento y decepciones. Con la teoría de la prosperidad que está invadiendo nuestras iglesias, esa idea de Dios "Génio de la Lámpara" y Jesús "amuleto de suerte" cambiamos de lugar las cosas y los valores bíblicos. Nos ponemos como los "reyes de este mundo" y el Señor como nuestro siervo. No, yo no me olvidé de Romanos 8:17 -Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo. También no me olvidé de Josué 1:8 - Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.Y de muchos otros versículos que hablan de prosperar y de ser bendecido. Lo que no hacemos, es darnos el trabajo de estudiar el contexto de todos esos versículos y de no comprender de verdad lo que es ser próspero. ¿Vamos a empezar? Esa enseñanza me fue bien difícil aprender, tuve que pasar por un desastre natural para ver donde estaba de verdad mi fallo corazón y descubrir quién es Dios.

Si analizamos primero Romanos 8 nos percataremos que del versículo 1 hasta el 17 habla de vivir por el Espíritu. Ya no somos más esclavos del pecado sino guiados por el Espíritu Santo, y si vivimos conforme el Espíritu probamos que somos hijos de Dios y si somos hijos, somos herederos. Pero la respuesta de todo ese misterio está en la continuación del versículo 17 y en el restante de este fabuloso capítulo. ¡Mira!


(V.17) - Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria.

(v.18) – De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros.

¡Más claro que agua! Esa herencia por recibir no será acá en esta vida, será en la Eternidad. Sí tomas un ratito para leer todo este capítulo (puedes hacerlo ahora si quieres) notarás que es un aliento para soportar las dificultades de este mundo para recibir como herencia la gloria como hijos de Dios.

El libro de Josué tiene como contexto la muerte del líder del pueblo de Israel, Moisés, y el llamado de Dios a Josué de continuar este liderazgo. Imagínate en los zapatos del joven Josué, sustituir nadie más, nadie menos que Moisés, el amigo íntimo de Dios. Él se sentía temeroso y incapaz, lo que particularmente considero normal delante de las circunstancias. El proprio Dios motiva el fiel pupilo de Moisés a ser fuerte y corajoso, que Él lo acompañaría como hizo con Moisés. Le da las instrucciones: "Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito". 

¡Ops! ¿Entonces quiere decir que todo sería paz y tranquilidad ahora para el pueblo de Israel? ¿Moisés sufrió todas las plagas en Egipto y Josué se quedaría con la parte tranquila de la historia? ¡DE NINGUNA MANERA! El desafío de este nuevo líder era llevar el pueblo elegido a conquistar la tierra prometida, que no estaba deshabitada esperando por ellos. Era una tierra buena, que abundaba en leche y miel, ¿de verdad crees que estaba deshabitada? Ellos tendrían que luchar en contra de varios pueblos bien equipados con armas para alcanzar la tan soñada tierra. El liderazgo de Josué se basó en muchas guerras y batallas, ¡no fue ese mar de rosas!

Ser próspero no es sinónimo de tener mucha plata y no pasar dificultades. ¡Nada que ver! Las bendiciones que Dios nos prometió como  hijos obedientes a Sus estatutos son superiores al dinero y la ausencia de problemas. Es la paz que el dinero no compra, es la esperanza que sólo los problemas nos hacen ver, es la seguridad de que el mejor para nosotros no se compara a lo que se puede lograr acá. Es la garantía de vivir eternamente en la presencia de Dios. Es la alegría constante que las circunstancias no explican. Es la convicción de que los propósitos del Señor son justos y buenos. Ser próspero es ser contente, satisfecho y agradecido con lo que tengo y  disfrutar con plena alegría todo lo que poseo, es gozar de la presencia de Dios en mi vida, es experimentar la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios. Ser próspero es poder refugiarse en Dios en momentos de angustia, es saber que el lloro puede durar una noche, pero que la alegría vendrá en la mañana, es confiar que todo, absolutamente todo, obra para mi bien, es tener la seguridad que la muerte no es el fin de todo. Ser bendecido es tener amigos sinceros, una familia unida, es tener libre acceso a Dios en oración, es saber que el Señor escucha y responde cuando clamo, es tener la confianza que mi deuda con el pecado ya fue pagada en la cruz, es saber y sentir que aún que no haya nadie a mi lado, nunca estaré sola. Es saber que existen ángeles con orden de guardarme, es tener la convicción de que ninguna prueba es más grande que yo, que ninguna tentación es invencible. Ser bendecido es ya no ser más esclavo del pecado, es experimentar la libertad de elegir ser esclavo de Dios. Es conocer que es el amor y un montón de cosas más. Y nada de eso tiene algo que ver con dinero o ausencia de sufrimientos.

La Biblia cuenta la historia de Job. Todos alguna vez ya escucharon hablar de él. Y lo admiramos por su gran paciencia, pero hay mucho más sobre Job que solamente una leída rápida no nos permite aprender. Ya leí este libro muchísimas veces, desde que llegué al Perú creo que ya fueron como unas  cuatro  y siempre aprendiendo algo nuevo. ¡Él fue un hombre fantástico! La narrativa de su vida dice que él era un hombre muy próspero, dice que él tenía muchas posesiones, muchos hijos, muchos empleados, mucho dinero y que era uno de los hombres más respetado de su época. Lo que me llama la atención en su historia allá de todo ese conforto y vida de rey que él tenía es que en el primer versículo, del primer capítulo del libro que tiene como titulo su nombre, dice que él era un hombre recto y intachable, que temía a Dios y vivía apartado apartado del mal.

Job 1:1 NVI - En la región de Uz había un hombre recto e intachable, que temía a Dios y vivía apartado del mal. Este hombre se llamaba Job.

ANTES DE HABLAR LO QUE ÉL TENÍA, LA BIBLIA REGISTRA COMO ERA ÉL, CUAL ERA SU CARÁCTER.

El versículo cinco dice que él llamaba a sus hijos para purificarse delante de Dios siempre que terminaban de dar sus fiestas para que no estuvieran en pecado. Él temía que sus hijos maldijeran a Dios en sus corazones.
Job 1:5 NVI - Una vez terminado el ciclo de los banquetes, Job se aseguraba de que sus hijos se purificaran. Muy de mañana ofrecía un holocausto por cada uno de ellos, pues pensaba: «Tal vez mis hijos hayan pecado y maldecido en su corazón a Dios.» Para Job ésta era una costumbre cotidiana.

Lo que él era y hacía por temor a Dios era más importante que sus posesiones.

Cuando Satanás se presenta a Dios para rendirle cuentas con Él junto a sus ángeles algo importante para comprender esa historia pasa. (Esta semana estudiamos el libro de Job en el grupo de estudios que tenemos en nuestra casa y mi esposo nos enseñó algo bien interesante que yo nunca me había percatado. ¿Por qué Satanás fue juntamente con los ángeles presentarse delante de. Dios? Porque él tamboén es un ángel, un ángel caído, pero un ángel, por eso estaba allá... Era sólo una curiosidad bíblica). Volviendo al tema... Dios pregunta a Satanás sí él ya había notado la buena conducta de Su siervo Job, fíjate en la descripción que el propio Dios hace de Job:
Job 1:8 NVI - ¿Te has puesto a pensar en mi siervo Job? -volvió a preguntarle el Señor-. No hay en la tierra nadie como él; es un hombre recto e intachable, que me honra y vive apartado del mal.
Job 1:9-12 NVI - Satanás replicó: -¿Y acaso Job te honra sin recibir nada a cambio? ¿Acaso no están bajo tu protección él y su familia y todas sus posesiones? De tal modo has bendecido la obra de sus manos que sus rebaños y ganados llenan toda la tierra. Pero extiende la mano y quítale todo lo que posee, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara! -Muy bien -le contestó el Señor-. Todas sus posesiones están en tus manos, con la condición de que a él no le pongas la mano encima. Dicho esto, Satanás se retiró de la presencia del Señor.

El gran desafío de Job ahora era otro. Quizá antes su lucha era mantener puro su corazón para no pensar que sus posesiones eran fruto de su esfuerzo. Claro que eso contribui, ¿pero quién da la fuerza, la salud y las condiciones para que uno trabaje? ¡DIOS! Ahora Job se enfrentaba con algo nuevo, amar a Dios por lo que Él es y no por las cosas que Él puede darle. ¿Puedes ver dónde se encaja el titulo de este post? Claro qué es mucho más fácil servir  y amar a Dios cuando las cosas nos van muy bien, ¿pero y cuándo todo parece el fin?

Hay gente que mantén su esperanza en Dios para encontrar un esposo o una esposa, pero cuando es vencido por el tiempo lo abandona  y se envolucra con una persona que no ama ni temeal Señor, o entonces no sabe poner un freno en las pasiones y abandona todo en nombre de su "amor pribido". O entonces, después de tantos años siendo una persona honesta cuando ya se siente cansado de "ser pobre" renuncia a su integridad y se mete en un negócio millionário, pero deshonesto.Y hay tantos y tantos otros ejemplos. Estoy segura que conoces a alguien o ya escuchaste hablar de historias así. Infelizmente me viene más de un nombre a la memoria. Y pensar que yo casi entré para ese equipo por pensar que ningún mal me podía llegar.

¡DIOS NO ESTÁ AHÍ PARA REALIZAR NUESTROS DESEOS, NOSOTROS ES QUE ESTAMOS AQUÍ PARA CUMPLIR SU VOLUNTAD!

En su Palabra hay una condición para tener los deseos de nuestro corazón realizados, deleitarse en Él.
Salmos 37:4 NVI - Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.

Deleitarse es dar mucho gusto, poseer una posición de contetamiento. Es necesário que mi vida agrade a Dios y que esté satisfecha con TODO lo que Él me da.

Si seguimos con la historia de Job, vemos que mismo sin comprender el motivo de tantas calamidades en su vida, él no dejó de amar y ni de confiar en Dios. El Señor sabía cual sería la respuesta del corazón de Job a este sufrimiento, Él sabía cual sería su postura y que nunca le abandonaría. Por eso permitió que Satanás lo tentara con tan gran intensidad. El nombre de Dios fue glorificado y Satanás fue avergonzado.

Cuando Dios nos permite el sufrimiento hay tres principales razones: Para moldear nuestro carácter, para probar nuestra fe o para glorificar Su nombre. Y todas esas razones son justas.

La verdad es que cuando "no tenemos nada" somos capaces de corresponder al amor de Dios de manera fidedigna. Por lo que Él es y no por lo que nos da. Porque Él nos ama así, por lo que somos y no por lo que le damos. En realidad, servir a Dios debe ser una respuesta al sincero amor que tenemos por Él, igual como Dios nos da muchas cosas en razón del incondicional amor que tiene hacia nosotros, porque Su misericordia dura para siempre.

Después de haber perdido todo, Job siguió siendo una persona próspera, porque su corazón no cambió en relación a Dios, él sabía quien era Dios y quien era él. Él no pecó y permaneció siendo un hombre recto e intachable, que temía a Dios y vivía apartado del mal.

Sus palabras al final de todo fueron: Job respondió entonces al Señor. Le dijo: «Yo sé bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes. "¿Quién es éste -has preguntado-, que sin conocimiento oscurece mi consejo?" Reconozco que he hablado de cosas que no alcanzo a comprender, de cosas demasiado maravillosas que me son desconocidas. »"Ahora escúchame, que voy a hablar -dijiste-; yo te cuestionaré, y tú me responderás." De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos. Por tanto, me retracto de lo que he dicho, y me arrepiento en polvo y ceniza.» - Job 42:1-6 NVI

En aquel febrero yo fue reprobada en mi pueba de fe, pasé un poco más de un año para comprender el propósito de Dios para mí con aquel terremoto. Yo no pude ser como Job, porque no tenía mi corazón en el lugar correcto, para mí Dios era el Génio de la Lámpara, mi amuleto de la suerte. Cuando llegué acá al Perú Dios me dió la oportunidad de reevaluar mis prioridades. Fue justo cuando perdí toda la seguridad que mi familia, mi iglesia, mi ciudad y mi lengua me daban que pude aprender a amar a Dios de la manera como Él lo desea que le ame. Y después de la lección, viene la prueba para evaluar la aplicabilidad de que aprendí. Vino la pérdida de nuestro primer hijo, fue un nuevo terremoto en mi vida y apesar de todo el dolor, dudas, miedos y tentaciones que pasé, mi corazón permaneció próspero. Decidí permanecer en Dios, mi cuerpo sufrió grandemente, pero mientras mi curpo y mi corazón sufrían, mi espíritu se fortaleció. 

Jesús nunca prometió la ausencia de problemas y sufrimientos, por el contrário, mira lo que Él dice en Su Palabra: 
Juan 16:33 NVI - Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
Mateo 5:11-12 NVI - »Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes.
Santiago 1:2-4 NVI - Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.

Después de la prueba, Job recibió el doble de cosas que tenía antes. ¿Él volvió a ser próspero? ¡NO! Job, durante su sufrimiento se deleitó en el Señor y después recibió lo que su corazón deseaba. Dios le dió todo lo que quiso darle, en la medida que quiso. Dios tiene gozo y alegría en darnos cosas, nosotros es que confundimos nuestros deseos personales con la voluntad soberana de Dios. Una cosa no tiene nada que ver con la otra. Vivir bajo la voluntad de Dios es buscar la guía através de Su Palabra y cumplir Sus propósitos. No es ser rico, lleno de salud y libre de problemas. Cuando nos deleitamos en los planes de Dios para nosotros sentimos gozo en las cosas que realizamos mismo que sea algo opuesto a lo que planeamos para nosotros mismos.

Yo nunca planeé ser profesora, recusaba esa idea con todas mis fuerzas, pero hoy doy mis clases con mucho amor, mis alumnos saben que no hago por la plata (hasta porque no gano casi nada) y aún así doy mi mejor. Misiones era el último ministerio que deseé servir a Dios y hoy nada me da más alegría que estar acá en Perú realizando ese sueño de Dios.

Evalúa tu corazón y pregúntate cuál es la verdadera motivación, el motor que te hace vivir. Si tu respuesta fue tu familia, tus hijos, tus sueños, te digo que tus respuestas son muy bonitas, pero no es la respuesta más adecuada para un auténtico hijo de Dios. Pide a Dios un corazón de Job. La Biblia dice que no tenemos las cosas porque no las pedimos y cuando pedimos, pedimos con el propósito equivocado.
Santiago 4:1-3 NVI - ¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos? Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.

Nuestra motivación al despertarnos cada mañana debe ser agradar a Dios lo máximo posible. En mi tratar con mi familia, en la crianza de mis hijos, en modificar mis sueños para vivir los sueños de Dios, en el practicar de mi carrera, etc, etc, etc.

Espero que aprendas a amar a Dios por lo que Él es y no por lo que te da. Y no temas las pruebas que vendrán para moldearte en esa área. Dios no nos permite probaciones que no podemos soportar. Y acuérdate que el final será lleno de gloria.

¡En Jesús te amo!

Para concluir te dejaré una linda canción para motivarte, hace tiempo que no colgo ninguna. Pero no deje que sean solo bellas palabras, ¡hay que llevarlo a la práctica!
Santiago 1:22-25 NVI - No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica. El que escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un espejo y, después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es. [25] Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla.
  


Mi Universo - Jesús Adrián Romero

Juliane Ferro