¿Qué Hablas?

Idiomas

7 de novembro de 2013

Você Já Leu o Manual?

Lembro-me de quando ganhei meu primeiro celular. Era meu aniversário número 16. Eu pedi esse presente do meu pai porque fui a única de minhas irmãs que não teve uma festa de 15 anos. Não porque meus pais gostavam menos de mim, mas porque meu avô estava bem mal de saúde e não tinha clima para festa.

Foi um dia muito especial pra mim porque eu queria muito esse presente e naquela época só tinha celular quem podia ter, não era como hoje que a pessoa mal tem pra comer, mas tem um iPhone. Pois é, eu me lembro de que pedi o de última geração daquela época. Meu pai fez um grande esforço financeiro pra realizar meu desejo, mas custou bem menos que uma festa de 15. Abri a caixinha cheia de expectativas, queria estrear minha nova aquisição.

De cara peguei O MANUAL, eu tinha muito medo de fazer alguma coisa errada e perder o aparelho, porque era certeza que não ia ganhar outro. Cada botãozinho que eu ia apertar lia umas duas vezes o que dizia o bendito manual pra não pôr a perder a minha nova fase de menina moderna. Depois que li todo o manual me sentia mais segura sobre cada passo que podia dar ao usar meu celular. Eu levava o manual dentro da minha bolsa a todo lugar que eu ia, sempre que tinha um tempinho lia outra vez porque minha ideia era usar da melhor forma possível o aparelho.  

Até hoje eu sou assim, sempre que compro um novo celular não me separo do manual para não perder nenhuma vantagem que ele possa me dar. Sigo cada instrução. O que não é recomendado fazer eu nem penso duas vezes em não fazer. NÃO FAÇO!!!!!  Quero que a bateria tenha o máximo tempo de vida útil possível e claro, quero usufruir de todos seus benefícios.

Nós cristãos, também temos um manual. Ele vem com todas as instruções para o melhor funcionamento da nossa fé. Trata de todos os assuntos referentes à nossa vida diária, nos ensina como prevenir problemas e quando eles surgem como resolvê-los. Ensina-nos o número de serviço ao cliente e mostra como utilizar cada área de nossa vida de maneira útil e proveitosa. Esse manual é a Bíblia.

Sabe o que nos falta? Ler o Manual! Tantas vezes falhamos nas coisas simplesmente porque não sabíamos como utilizar bem nosso tempo, nossa língua, nosso dinheiro, nossas emoções, nossos planos. Se dedicarmos tempo para estudar o manual isso não nos passaria. E ele tem que estar conosco em todos os lugares que vamos, com suas instruções guardadas na mente e no coração. Assim nossa vida encontra seu total propósito e é utilizada ao máximo e da melhor maneira possível. O resultado é que todos que vejam o bom funcionamento de sua vida vão querer adquirir o mesmo manual e conhecerão o Fabricante eficiente.




Faça sua vida valer a pena, leia o Manual!


5 de novembro de 2013

PIENSO, LUEGO HABLO, ¿O ME CALLO?

Hace tiempo que quería escribir algo sobre el uso de las palabras. En verdad, tengo varias ideas para este tema y como es bien amplio y tengo algunas experiencias específicas, este será el primero de una serie.

El filósofo francés René Descartes es el creador de la frase: "Pienso, luego existo". Y yo, pensando sobre algunas cosas que se pasaron crié esa que es el titulo de este post. PIENSO, LUEGO HABLO. ¿O ME CALLO? 

La Biblia está repleta de versículos que nos enseñan las consecuencias del bueno o del mal uso de la lengua. Solo el libro de  Proverbios está lleno de consejos sobre eso. Quiero empezar contando algo que me pasó hace unos dos años más o menos.

Yo creé mi Facebook cuando llegué al Perú, pero más que nada para seguir manteniendo contacto con mi familia y amigos de Manaus. Como cualquier persona, creo yo, queremos incluir todas las personas que ya conocimos en la vida, desde el nido hasta la persona que conocimos ayer en la cola del banco. Claro que después vamos haciendo un filtro, principalmente cuando dejamos nuestro perfil muy personal, ¡por lo menos es lo más seguro! Bueno, donde quiero llegar es que envié solicitud de amistad a todos que yo conocía, amigos íntimos o no. Un año después ya me había olvidado a quién envié las solicitudes... y una "simpática" persona que no quería aceptar mi solicitud respondió de una manera tan "sincera" que de verdad me molestó. Sus palabras fueron más o menos así: - "No aceptaré su solicitud de amistad porque nunca fuimos amigas y sólo comparto mi vida con personas que fueron importantes para mí, disculpe pero soy muy sincera y mi Dios lo sabe".

¡Asu madre! ¡Que seas sincera así en la China! Este fue mi primer pensamiento. Me chocó su respuesta, no porque yo quisiera mucho que me aceptara, pero por la manera como me rechazó.

Pensé en varias respuestas, unas bien bíblicas, otras no tan bíblicas así. Me dio ganas de hacer con que esa persona conociera el significado de otro dicho popular: Quien dice lo que quiere, oye lo que no quiere. Pero.... me calmé, pedí consejo a mi esposo, oré y decidí no dar ninguna respuesta. A partir de ahí empezé a pedir de Dios que me enseñara a respecto de la sinceridad, lo que significa y cómo y cuándo usarla. Dios me contestó através de Su Palabra y me puso a prueba varias veces, incluso una y otra vez me siento tentada a ser "sincera" con algunas personas o situaciones, a veces cayo en la trampa (y siempre me arrepiento después), y otras veces PIENSO, LUEGO HABLO, O ME CALLO. Sí, es una tarea SÚPER complicada, pero no es imposible, tendo en vista que Dios nos enseña eso en Su Palabra. Y el Señor jamás nos pediría algo que no nos fuera alcanzable y cuando parece así, ¡Él nos capacitará!

Cuando decidí por ese post fue justo cuando caí en una de estas trampas de la lengua y usé mi "sinceridad". Me arrepentí tanto que me humillé delante de Dios pidiendo perdón. Para mí fue el punto decisivo y definitivo para de una vez por todas aprender a controlar mi lengua. Ya pasó hace algunos meses y eso yambién me hace percibir como a veces tardo tanto para aprender algo.

Vamos entonces a ver que podemos aprender a luz de las Escrituras sobre SINCERIDAD.

Antes que todo fui a buscar la etimología (origen) de esta palabra: La palabra sincera es solo la forma femenina del adjetivo del latín sincerus, que significa: puro, simple, sin ambigüedad, sin alteración en su naturaleza única (http://etimologias.dechile.net).

Lo que pasa es que confundimos en unos 100% el real significado de esta palabra. Asociamos SINCERIDAD con DECIR TODO LO QUE PIENSO. ¡Eso está completamente equivocado! Para decir la verdad no tiene nada que ver. ¿Vamos a la Biblia?

Hay quienes hieren con sus palabras, pero hablan los sabios y dan el alivio. (Proverbios 12:18 DHH)

¿Te percatas? Cuando una persona piensa que es sincera, ella cree que tiene que decir todo lo que piensa y todo lo que siente en relación a las personas o a las sircunstancias. ¡Eso es totalmente falso! 

Cuidar las palabras es cuidarse uno mismo; el que habla mucho se arruina solo. (Proverbios 13:3 DHH)
De la boca del necio brota el orgullo; de los labios del sabio, su protección. (Proverbios 14:3 DHH)

Fue así que me sentí cuando caí en la trampa de la "sinceridad", como una necia, hablando abiertamente, ¡como una tonta! Me sentí tan mal que tenía vergüenza de mi misma. Tantas veces actuamos así, hablamos sin pensar. Puede ser algo de nuestra crianza, porque nuestros padres nos decían que no puedo "llevar ofensas para casa", porque estamos en un momento de mucha cólera o no sé, porque creo que es bonito "ser sincera". ¿Será que las cosas en realidad son así? Ya vimos que no. La Biblia dice que debemos decir la verdad en amor.

Sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. (Efesios 4:15 LBLA)

Decir la verdad en amor es pensar en lo que diré para que mis palabras no sean una espada y sí un alivío como dice Proverbios 12.

La Biblia dice también que solo debemos hablar lo que edifica.

No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan. (Efesios 4:29 LBLA)

¡Ahí está! Sinceridad no puede asociarse con decir todo lo que uno piensa, hasta porque ni todas mi ideas son 100 % correctas. Tenemos emociones, somos influenciados por otras ideas, filosofías y pensamientos mentirosos que el Diablo disfraza de medias verdades (tengo un post solo para este tema que escriviré en el futuro) y infelizmente aún tenemos la vieja naturaleza humana viviendo en nosotros y eso es más que suficiente para comprobar que "MIS PENSAMIENTOS" no son LA VERDAD. Mi responsabilidad es aprender a pensar cómo Dios como nos dice la carta a los Romanos 12:1-2 y a partir de ahí concluir mis pensamientos.

No puedo salir por ahí diciendo a todos todo lo que pienso sin analizar las consecuencias de eso y justificarme con que "SOLO ESTOY SIENDO SINCERA" y aún creer que Dios aprueba mi "sinceridad".

¡Perdóname, pero no puedo aceptar tu justificativa! Hay un peligro muy eminente ahí. La Biblia también  nos enseña que la boca habla de lo que guarda el ♥. Y se él guarda la Palabra de Dios no usará mi "sinceridad" para distribuir MI VERDAD. ¿Me entiendes? Si cultivo una lengua tan "sincera" ¿qué es lo tengo atesorado en mi ♥?

Bueno, Ok Julie, ¿pero entonces qué es sinceridad?

Sí vamos a etimología de la palabra vamos a ver que ser sincero es ser puro, simple, sin ambigüedad, sin alteración en su naturaleza única. Veamos bien. Si yo declaro que soy cristiana y que tengo la Biblia como manual de mi vida cristiana, vivir sinceramente es no salir de este patrón, no salir de esta conducta. Seré puro en mi decisión. No viviré dos vidas, voy a vivir la vida que decidí entregar a Dios y si ya le entregué entonces ya no tengo el control de ella. Ser sincero es hacer con que mi conducta sea la misma que de mis palabras. Sí digo ser algo, creer en algo, tengo que ser SINCERA con eso. Siempre que la Biblia me muestra un patrón equivocado en mi conducta yo la cambio, pues confeso que mi vida no me pertenece a mí sino a Jesús. ¿Me hice comprender? 

Hay otro dicho popular que mucha gente práctica aún que no esté de acuerdo con él: "Haz lo que te digo, pero no hagas lo que hago". Esta es la conducta de una persona que NO ES SINCERA. Porque dice ser algo que no práctica, o entonces dice creer algo que no vive, pero cree que funciona para otros. Eso es lo que llamamos falsedad, hipocresía, que es el antónimo de sinceridad.

Ser sincero está mucho más relacionado con mi estilo de vida que con expresar pensamientos y emociones.

Para decir la verdad, si no tengo nada de bueno para decir, mi mejor opción es el silencio. No necesito tener una opinión para todo, no necesito tener una respuesta para todo. La única cosa que tengo que estar siempre lista para responder es la razón de mi fe.

Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes. (1 Pedro 3:15 NVI)

Algunas veces cuando una persona me busca para una consejería y me cuenta su historia, de verdad que por ser mujer a veces tengo ganas de abrazarla y decirle: "-¡Tienes toda la razón amiga!" Pero no puedo reaccionar así si sé lo que dice la Bíblia a respecto del tema. ¡Mis actitudes y mis palabras tienen que ser bíblicos! Quizá ustedes piensen que exijo mucho de mí misma o de ustedes, pero estoy convicta que vivir bíblicamente es la respuesta para soportar la maldad de este mundo, pues nos da esperanza y fe.

Termino dejando un último versículo y una frase que encontré en internet, espero que tengas disfrutado y aprendido y que a partir de hoy, decidas ser una persona VERDADERAMENTE SINCERA.

Si alguien se cree religioso pero no le pone freno a su lengua, se engaña a sí mismo, y su religión no sirve para nada. (Santiago 1:26 NVI)